Cuando exploramos el masaje tailandés tal como se conoce en la actualidad, identificamos tres categorías distintas: el masaje tailandés tradicional, indiscutiblemente el más reconocido, el masaje con aceites y el masaje con pindas.
- El masaje tailandés tradicional: Conocido también como masaje yoga por su incorporación de técnicas de esta disciplina y acupresión, se caracteriza por su vigor, aplicándose sin necesidad de desvestirse en un futón. Este masaje eficaz manipula las líneas energéticas invisibles del cuerpo, conocidas como Sen.
- El masaje tailandés con aceites: Por otro lado, se enfoque en un tratamiento más relajante y delicado. A través de la acupresión, se estimulan puntos vitales en los meridianos corporales. Este tipo de masaje se realiza en una camilla, con el cuerpo cubierto por una toalla.
- El masaje tailandés con pindas: Es posiblemente el menos difundido. Es una fusión entre el masaje tradicional tailandés y métodos de sanación ancestrales. Su enfoque se basa en la aplicación de saquitos rellenos de hierbas calientes, llamados pindas, en áreas específicas del cuerpo. Esto permite que la energía fluya sin obstáculos a través del organismo.
Descubramos las diez líneas Sen, interpretadas por esta terapia como intrincados senderos imaginarios que atraviesan el cuerpo humano. El masaje tailandés trabaja directamente con los puntos energéticos de la persona para lograr sus efectos terapéuticos. Estos puntos energéticos son clave, ya que su activación estimula el flujo de la energía vital. Las diez líneas Sen son:
- Sen sumana
- Sen pingkhala
- Sen itta
- Sen kalatharee
- Sen sahatsarangsi
- Sen lawusang
- Sen tawaree
- Sen ulanga
- Sen nantakawart
- Sen kitcha
